El ser humano es, en esencia, sexual en todos sus aspectos; tanto en nuestra conformación física, psicológica y espiritual, como en el desarrollo de nuestras vidas, desde que somos fecundados hasta la muerte.

La mayoría de los seres humanos, han vivido, viven y vivirán sin conocer realmente su Sexualidad, afectando su realización personal, de pareja, familiar y social. Separan su Sexualidad del resto de su cuerpo. Viven un sexo primario o primitivo o genitalidad, más no la Sexualidad.

Lamentablemente, ha existido -durante siglos- una información distorsionada y ocultamiento de la Sexualidad, represión, sensación de culpa, sensación pecaminosa (pecado), ocultamiento y desinformación de nuestros padres, maestros, hermanos, amigos, TV, libros, revistas, periódicos, vallas, etc., lo que ha llevado a una innumerable generación de falsedades, mitos y tabúes, lo que ha llevado a tratar de separar o negar nuestra propia sexualidad.

Es el “Ciclo de la Ignorancia” que crea bases erradas, subsistiendo la desinformación que impone norma, creando distorsión de la verdadera Sexualidad, en gran parte, aprendida, influida y condicionada por la educación, la religión y las sociedades.